Carlos Martínez Solano, alcalde de la provincia de San Ignacio, se declaró candidato a la Presidencia Regional en representación de un partido político que aún no existe legalmente.
La población estima que esta noticia sería una mentira más del burgomaestre y que sólo es una estrategia, para levantar su real deseo de postular a otra reelección provincial.
Estiman que Martínez Solano jamás renunciará a la alcaldía, medio año antes, como lo exige la ley para ser candidato regional, porque sabe que lo único que tiene para seguir manteniendo su comodidad es seguir como alcalde, y dejar ello e ir a la Presidencia Regional es un riesgo que la población sabe no encuadra con sus aspiraciones personales.
Martínez Solano, que ganó las elecciones pasadas con aproximadamente 14 mil votos, es sólo conocido en esta provincia por una supuesta defensa ecológica del medio ambiente.
En la realidad, San Ignacio no tiene actualmente un plan estratégico provincial ni planes de desarrollo concertados ni participativos, los existentes datan del 2001 sin el aval de los actores principales de la población.
Su gestión a nivel provincial se grafica en desnutrición crónica infantil, pobreza y extrema pobreza, conflictos con los alcaldes distritales, manejos sospechosos de los recursos económicos municipales y decenas de denuncias por diversos delitos actualmente en proceso.
La población de San Ignacio toma agua contaminada, porque en la fecha el proyecto prometido por la autoridad edil, en dos campañas electorales, fue mentira.
Los comerciantes venden los productos agrícolas en el suelo, pues la construcción del mercado anunciado políticamente también fue otro engaño del burgomaestre.
Los dineros del Fondo de Compensación Municipal (FONCOMUN) durante años han sido utilizados sin consultar a los alcaldes distritales y encima, se niega a rendir informe.
Símbolos de corrupción adornan la gestión del actual burgomaestre Carlos Martínez Solano. De los siete alcaldes distritales de San Ignacio, es el único que se niega a rendir cuentas, según ley, y no da la cara a la población para responder por la transparencia municipal que prometió.
En estas condiciones y con este perfil político, la máxima autoridad edil de San Ignacio, con una evidente incapacidad de gestión para el desarrollo local de su provincia, ahora pretende ser presidente regional disque para hacer lo mismo con todo Cajamarca.