Osmer Chinchay Cruz, vicepresidente del Movimiento Nueva Izquierda (MNI) de esta provincia, dijo públicamente en un medio de comunicación local, que la minería sí se puede desarrollar en algunos lugares donde no haya peligro de contaminación de las aguas que irrigan la producción agropecuaria de la provincia.Esta reciente versión ha causado sorpresa en la población, porque hasta el año pasado los mismos dirigentes del MNI integrantes también de las rondas campesinas, promovieron la defensa del medio ambiente con slogan, como: “La mina contamina”, “minas no, agro sí”, desarrollando permanentes y fuertes campañas contra todo lo que signifique inversión minera en la región y el país. Charlas, talleres, conferencias contra la minería, se convirtieron en una constante actividad ejecutadas directa o indirectamente por la vicaría del Medio Ambiente de Jaén y San Ignacio, donde como aliados estratégicos estaban la Municipalidad Provincial e integrantes del Movimiento Nueva Izquierda, como parte de las organizaciones de rondas campesinas y el SUTE-San Ignacio.
Hoy con su voluble posición, reconocen que los avances de la tecnología actual, ya permite bajar al mínimo los efectos de contaminación minera; así como reconocen los proyectos de impacto ambiental, como un termómetro para evaluar indicadores medioambientales que sirvan de termómetro en defensa de la ecología.
Hasta hace poco en esta provincia, era peligroso hablar sobre una remota posibilidad de aceptar la minería en cualquiera de sus formas, ni con tecnología de punta ni con proyectos de impacto ambiental, porque así se les inculcó la idea a los campesinos, quienes hoy se sorprenden ante tales cambios de parecer de algunos dirigentes políticos y, prometen que por sobre cualquier opinión a favor de la minería, mantendrán su oposición total contra esta actividad que pone en peligro su producción orgánica en toda la provincia.
Hoy con su voluble posición, reconocen que los avances de la tecnología actual, ya permite bajar al mínimo los efectos de contaminación minera; así como reconocen los proyectos de impacto ambiental, como un termómetro para evaluar indicadores medioambientales que sirvan de termómetro en defensa de la ecología.
Hasta hace poco en esta provincia, era peligroso hablar sobre una remota posibilidad de aceptar la minería en cualquiera de sus formas, ni con tecnología de punta ni con proyectos de impacto ambiental, porque así se les inculcó la idea a los campesinos, quienes hoy se sorprenden ante tales cambios de parecer de algunos dirigentes políticos y, prometen que por sobre cualquier opinión a favor de la minería, mantendrán su oposición total contra esta actividad que pone en peligro su producción orgánica en toda la provincia.